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 La historia sin fin...

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isaac_894cou
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isaac_894cou


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MensajeTema: La historia sin fin...   La historia sin fin... Icon_minitimeMiér Jun 23, 2010 1:31 pm

Bueno, ye deben de saber como es, pero se los digo igual, una persona escribe una parte de la historia y el siguiente copia todo lo que escribio, lo pega y sigue escribiendo, lo que escriban va por cuenta de la imaginacion de cada uno y una regla mas, solo se puede seguir si x lo menos cada uno escribe 4 o 5 renglones asi que ponganse las pilas, buenoempiezo yo:

Habia una vez una niña de nueve años llamada Samantah Keneddy, vivia en una enorme casa llamada La Casa Blanca, un dia se levanto de madrugada sin haber podido pegar un ojo en toda la noche, la casa estaba completamente vacia, no habia nadie, ni su madre, ni su padre el presidente, ni los de seguridad, nisiquiera el perro, recorrio la casa una y otra vez, exausta de llorar y de buscar a sus padres habrio la puerta principal y salio, al ver lo que habia en el jardin principal dejo salir un grito fino y agudo, habia encontrado a toda la seguridad y a sus padres degollados, pero de pronto algo le agarro el pie, era uno de los de seguridad, en voz forzada y desesperante le dijo: "corre Samantah, corre por tu vida". La ninia paralizada sin moverse sintio que algo o alguien se movia detras de ella, sin siquiera pensarlo empezo a correr, correr y correr sin poder parar, en estado de shok recordo el celular que su padre le habia regalado para el cumpleaños pasado, marco al 911, le atendio una operadora y enseguida le iban a mandar una patrulla, cuando llego la misma de adentro de ella salio una persona totalmente desfigurada, tenia los brazos llenos de cortes, toda la cara quemada y con las piernas llenas de agujeros de balas, logro subirla a la fuerza a la parte de atras de la patruya y se puso a manejar como loco sobre el puente de Manhatan...
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achecopar
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MensajeTema: Re: La historia sin fin...   La historia sin fin... Icon_minitimeMiér Jun 23, 2010 4:29 pm

Habia una vez una niña de nueve años llamada Samantah Keneddy, vivia en una enorme casa llamada La Casa Blanca, un dia se levanto de madrugada sin haber podido pegar un ojo en toda la noche, la casa estaba completamente vacia, no habia nadie, ni su madre, ni su padre el presidente, ni los de seguridad, ni siquiera el perro, recorrio la casa una y otra vez, exhausta de llorar y de buscar a sus padres abrio la puerta principal y salio, al ver lo que habia en el jardin principal dejo salir un grito fino y agudo, habia encontrado a toda la seguridad y a sus padres degollados, pero de pronto algo le agarro el pie, era uno de los de seguridad, en voz forzada y desesperante le dijo: "corre Samantah, corre por tu vida". La niña paralizada sin moverse sintio que algo o alguien se movia detras de ella, sin siquiera pensarlo empezo a correr, correr y correr sin poder parar, en estado de shock recordo el celular que su padre le habia regalado para el cumpleaños pasado, marco al 911, le atendio una operadora y enseguida le iban a mandar una patrulla, cuando llego la misma de adentro de ella salio una persona totalmente desfigurada, tenia los brazos llenos de cortes, toda la cara quemada y con las piernas llenas de agujeros de balas, logro subirla a la fuerza a la parte de atras de la patruya y se puso a manejar como loco sobre el puente de Manhatan...

Desde que era casi un bebe, Samantah habia sufrido de graves pesadillas durante todas las infernales noches de su vida. En ellas sucedian cosas horribles y variadas, desde un enorme incendio que encendia las calles de la ciudad y lo devoraba todo hasta llegar a su casa, momento en el que despertaba sudando tremendamente, hasta un enorme tsunami que llegaba desde el mar, con atronador y atemorizante sonido que ensordecia hasta el momento en que la fria agua entraba en contacto con la piel y luego la asfixiante falta de aire le hacia abrir los ojos. Pero ultimamente, sus pesadillas se estaban volviendo demasiado repetitivas y tenian una atmosfera mas oscura de lo normal, un opaco ambiente que volvia pesado hasta el caminar en sus sueños... Jamas recordaba exactamente lo que habia sucedido, pero podia vislumbrar algunas imagenes de unos seres oscuros y extraños que provocaban la muerte a su paso, antes de que las tinieblas volvieran a cerrarse sobre sus recuerdos. Cada vez estas pesadillas la despertaban con un horror mas grande en el fondo de su pecho, y ella ya tenia miedo de dormir, pues no queria volver a pasar por algo asi nunca mas.

Sin embargo, el destino le estaba jugando una mala pasada. Esto no era una pesadilla mas, realmente no habia dormido en toda la noche y esto realmente estaba sucediendo. El desfigurado conductor ni siquiera le habia hablado, y ella solo podia oir el resonar de su fuerte respiracion mientras ambos iban embalados dentro del coche patrulla. La velocidad se incrementaba cada vez mas, y varias veces estuvieron a punto de chocarse contra un poste o de derrapar al borde de una curva. Extrañamente, no habia un alma en la calle, ni a pie ni a bordo de algun medio de transporte.
Ya parecia que este viaje iba a ser eterno, cuando, de repente, el coche freno con un fuerte chirrido y un silencio expectante se elevo y se expandio en el aire circundante.
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Sineien
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MensajeTema: Re: La historia sin fin...   La historia sin fin... Icon_minitimeMiér Jun 30, 2010 11:59 pm

Habia una vez una niña de nueve años llamada Samantah Keneddy, vivia en una enorme casa llamada La Casa Blanca, un dia se levanto de madrugada sin haber podido pegar un ojo en toda la noche, la casa estaba completamente vacia, no habia nadie, ni su madre, ni su padre el presidente, ni los de seguridad, ni siquiera el perro, recorrio la casa una y otra vez, exhausta de llorar y de buscar a sus padres abrio la puerta principal y salio, al ver lo que habia en el jardin principal dejo salir un grito fino y agudo, habia encontrado a toda la seguridad y a sus padres degollados, pero de pronto algo le agarro el pie, era uno de los de seguridad, en voz forzada y desesperante le dijo: "corre Samantah, corre por tu vida". La niña paralizada sin moverse sintio que algo o alguien se movia detras de ella, sin siquiera pensarlo empezo a correr, correr y correr sin poder parar, en estado de shock recordo el celular que su padre le habia regalado para el cumpleaños pasado, marco al 911, le atendio una operadora y enseguida le iban a mandar una patrulla, cuando llego la misma de adentro de ella salio una persona totalmente desfigurada, tenia los brazos llenos de cortes, toda la cara quemada y con las piernas llenas de agujeros de balas, logro subirla a la fuerza a la parte de atras de la patruya y se puso a manejar como loco sobre el puente de Manhatan...

Desde que era casi un bebe, Samantah habia sufrido de graves pesadillas durante todas las infernales noches de su vida. En ellas sucedian cosas horribles y variadas, desde un enorme incendio que encendia las calles de la ciudad y lo devoraba todo hasta llegar a su casa, momento en el que despertaba sudando tremendamente, hasta un enorme tsunami que llegaba desde el mar, con atronador y atemorizante sonido que ensordecia hasta el momento en que la fria agua entraba en contacto con la piel y luego la asfixiante falta de aire le hacia abrir los ojos. Pero ultimamente, sus pesadillas se estaban volviendo demasiado repetitivas y tenian una atmosfera mas oscura de lo normal, un opaco ambiente que volvia pesado hasta el caminar en sus sueños... Jamas recordaba exactamente lo que habia sucedido, pero podia vislumbrar algunas imagenes de unos seres oscuros y extraños que provocaban la muerte a su paso, antes de que las tinieblas volvieran a cerrarse sobre sus recuerdos. Cada vez estas pesadillas la despertaban con un horror mas grande en el fondo de su pecho, y ella ya tenia miedo de dormir, pues no queria volver a pasar por algo asi nunca mas.

Sin embargo, el destino le estaba jugando una mala pasada. Esto no era una pesadilla mas, realmente no habia dormido en toda la noche y esto realmente estaba sucediendo. El desfigurado conductor ni siquiera le habia hablado, y ella solo podia oir el resonar de su fuerte respiracion mientras ambos iban embalados dentro del coche patrulla. La velocidad se incrementaba cada vez mas, y varias veces estuvieron a punto de chocarse contra un poste o de derrapar al borde de una curva. Extrañamente, no habia un alma en la calle, ni a pie ni a bordo de algun medio de transporte.
Ya parecia que este viaje iba a ser eterno, cuando, de repente, el coche freno con un fuerte chirrido y un silencio expectante se elevo y se expandió en el aire circundante.

El horrible chofer empujó la puerta del vehículo con su cuerpo y cayó al piso sin vida, la niña comenzó a correr despavorida tan rápido como sus jóvenes piernas lo permitían. El clima estaba cada vez mas frió y un poderoso viento complicaba su huida, nubes de colores ocres y tonos oscuros devoraban la cálida atmósfera veraniega y daba un marco aun más funesto a la pesadilla de la niña.

Sorpresivamente se chocó con una pared de enredaderas, era una enorme masa de vegetación salvaje, que crecía hasta donde la vista alcanzaba, en medio de la ciudad. El pavor solo se vio apocado por la sorpresa que provocaba aquella visión. Mientras la niña contemplaba, con miles de pensamiento en su cabeza, un horripilante grito se escuchó a sus espaldas, un alarido tan profundo y desgarrador que penetró en sus huesos y sin voltear, en un arrojo de valentía, Samantah se abrió camino através de la mata de hojas y ramas.

El follaje parecía ser eterno, mientras las espinas lastimaban su angelical rostro y provocaban que cada paso fuese más y más doloroso. Hasta que en un momento, y sin aviso, sus rodillas se desplomaron en el pasto y una luz encendedora saboteó su visión.

Al cabo de unos segundos la luz ceso y lo único que Samantah alcanzo a ver fue el tétrico esbozo de unas figuras que jamás olvidaría.



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MensajeTema: Re: La historia sin fin...   La historia sin fin... Icon_minitimeJue Jul 01, 2010 1:55 am

Habia una vez una niña de nueve años llamada Samantah Keneddy, vivia en una enorme casa llamada La Casa Blanca, un dia se levanto de madrugada sin haber podido pegar un ojo en toda la noche, la casa estaba completamente vacia, no habia nadie, ni su madre, ni su padre el presidente, ni los de seguridad, ni siquiera el perro, recorrio la casa una y otra vez, exhausta de llorar y de buscar a sus padres abrio la puerta principal y salio, al ver lo que habia en el jardin principal dejo salir un grito fino y agudo, habia encontrado a toda la seguridad y a sus padres degollados, pero de pronto algo le agarro el pie, era uno de los de seguridad, en voz forzada y desesperante le dijo: "corre Samantah, corre por tu vida". La niña paralizada sin moverse sintio que algo o alguien se movia detras de ella, sin siquiera pensarlo empezo a correr, correr y correr sin poder parar, en estado de shock recordo el celular que su padre le habia regalado para el cumpleaños pasado, marco al 911, le atendio una operadora y enseguida le iban a mandar una patrulla, cuando llego la misma de adentro de ella salio una persona totalmente desfigurada, tenia los brazos llenos de cortes, toda la cara quemada y con las piernas llenas de agujeros de balas, logro subirla a la fuerza a la parte de atras de la patruya y se puso a manejar como loco sobre el puente de Manhatan...

Desde que era casi un bebe, Samantah habia sufrido de graves pesadillas durante todas las infernales noches de su vida. En ellas sucedian cosas horribles y variadas, desde un enorme incendio que encendia las calles de la ciudad y lo devoraba todo hasta llegar a su casa, momento en el que despertaba sudando tremendamente, hasta un enorme tsunami que llegaba desde el mar, con atronador y atemorizante sonido que ensordecia hasta el momento en que la fria agua entraba en contacto con la piel y luego la asfixiante falta de aire le hacia abrir los ojos. Pero ultimamente, sus pesadillas se estaban volviendo demasiado repetitivas y tenian una atmosfera mas oscura de lo normal, un opaco ambiente que volvia pesado hasta el caminar en sus sueños... Jamas recordaba exactamente lo que habia sucedido, pero podia vislumbrar algunas imagenes de unos seres oscuros y extraños que provocaban la muerte a su paso, antes de que las tinieblas volvieran a cerrarse sobre sus recuerdos. Cada vez estas pesadillas la despertaban con un horror mas grande en el fondo de su pecho, y ella ya tenia miedo de dormir, pues no queria volver a pasar por algo asi nunca mas.

Sin embargo, el destino le estaba jugando una mala pasada. Esto no era una pesadilla mas, realmente no habia dormido en toda la noche y esto realmente estaba sucediendo. El desfigurado conductor ni siquiera le habia hablado, y ella solo podia oir el resonar de su fuerte respiracion mientras ambos iban embalados dentro del coche patrulla. La velocidad se incrementaba cada vez mas, y varias veces estuvieron a punto de chocarse contra un poste o de derrapar al borde de una curva. Extrañamente, no habia un alma en la calle, ni a pie ni a bordo de algun medio de transporte.
Ya parecia que este viaje iba a ser eterno, cuando, de repente, el coche freno con un fuerte chirrido y un silencio expectante se elevo y se expandió en el aire circundante.

El horrible chofer empujó la puerta del vehículo con su cuerpo y cayó al piso sin vida, la niña comenzó a correr despavorida tan rápido como sus jóvenes piernas lo permitían. El clima estaba cada vez mas frió y un poderoso viento complicaba su huida, nubes de colores ocres y tonos oscuros devoraban la cálida atmósfera veraniega y daba un marco aun más funesto a la pesadilla de la niña.

Sorpresivamente se chocó con una pared de enredaderas, era una enorme masa de vegetación salvaje, que crecía hasta donde la vista alcanzaba, en medio de la ciudad. El pavor solo se vio apocado por la sorpresa que provocaba aquella visión. Mientras la niña contemplaba, con miles de pensamiento en su cabeza, un horripilante grito se escuchó a sus espaldas, un alarido tan profundo y desgarrador que penetró en sus huesos y sin voltear, en un arrojo de valentía, Samantah se abrió camino através de la mata de hojas y ramas.

El follaje parecía ser eterno, mientras las espinas lastimaban su angelical rostro y provocaban que cada paso fuese más y más doloroso. Hasta que en un momento, y sin aviso, sus rodillas se desplomaron en el pasto y una luz encendedora saboteó su visión.

Al cabo de unos segundos la luz ceso y lo único que Samantah alcanzo a ver fue el tétrico esbozo de unas figuras que jamás olvidaría.

Imágenes aterradoras que solo podían traer a su mente viejas historias de antaño, libros poco exitosos e inundados en lo paranormal. Su vista se nubla mientras fuertes luces la mantienen enceguecida y presenciando esos rostros sin cara que la observan mientras esta sucumbe ante una gran inmovilidad.

Samantah apenas puede sentir esas extrañas manos que la tocan y rozan su piel temeroza de morir, escuchando unas voces similares a antiguos lenguajes arameos. Sus siluetas que traspasan esa luz realmente son lo suficientemente extrañas como para poner a Samantah nerviosa mientras solo puede presenciar lo que pasa a su alrededor sin poder hablar y sintiendo ese nudo en su garganta que se lo impide.

Ella sabe ahora muy bien que si esto es un sueño ha viajado demasiado lejos como para aun no lograr despertar además de recordar las horas que no pudo dormir.

Pronto su vista se aclara y las luces se vuelven menos intensas al notar lo que a su alrededor ella presencia...
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MensajeTema: Re: La historia sin fin...   La historia sin fin... Icon_minitimeSáb Jul 03, 2010 1:29 pm

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Habia
una vez una niña de nueve años llamada Samantah Keneddy, vivia en una
enorme casa llamada La Casa Blanca, un dia se levanto de madrugada sin
haber podido pegar un ojo en toda la noche, la casa estaba
completamente vacia, no habia nadie, ni su madre, ni su padre el
presidente, ni los de seguridad, ni siquiera el perro, recorrio la casa
una y otra vez, exhausta de llorar y de buscar a sus padres abrio la
puerta principal y salio, al ver lo que habia en el jardin principal
dejo salir un grito fino y agudo, habia encontrado a toda la seguridad
y a sus padres degollados, pero de pronto algo le agarro el pie, era
uno de los de seguridad, en voz forzada y desesperante le dijo: "corre
Samantah, corre por tu vida". La niña paralizada sin moverse sintio que
algo o alguien se movia detras de ella, sin siquiera pensarlo empezo a
correr, correr y correr sin poder parar, en estado de shock recordo el
celular que su padre le habia regalado para el cumpleaños pasado, marco
al 911, le atendio una operadora y enseguida le iban a mandar una
patrulla, cuando llego la misma de adentro de ella salio una persona
totalmente desfigurada, tenia los brazos llenos de cortes, toda la cara
quemada y con las piernas llenas de agujeros de balas, logro subirla a
la fuerza a la parte de atras de la patruya y se puso a manejar como
loco sobre el puente de Manhatan...

Desde que era casi un bebe,
Samantah habia sufrido de graves pesadillas durante todas las
infernales noches de su vida. En ellas sucedian cosas horribles y
variadas, desde un enorme incendio que encendia las calles de la ciudad
y lo devoraba todo hasta llegar a su casa, momento en el que despertaba
sudando tremendamente, hasta un enorme tsunami que llegaba desde el
mar, con atronador y atemorizante sonido que ensordecia hasta el
momento en que la fria agua entraba en contacto con la piel y luego la
asfixiante falta de aire le hacia abrir los ojos. Pero ultimamente, sus
pesadillas se estaban volviendo demasiado repetitivas y tenian una
atmosfera mas oscura de lo normal, un opaco ambiente que volvia pesado
hasta el caminar en sus sueños... Jamas recordaba exactamente lo que
habia sucedido, pero podia vislumbrar algunas imagenes de unos seres
oscuros y extraños que provocaban la muerte a su paso, antes de que las
tinieblas volvieran a cerrarse sobre sus recuerdos. Cada vez estas
pesadillas la despertaban con un horror mas grande en el fondo de su
pecho, y ella ya tenia miedo de dormir, pues no queria volver a pasar
por algo asi nunca mas.

Sin embargo, el destino le estaba
jugando una mala pasada. Esto no era una pesadilla mas, realmente no
habia dormido en toda la noche y esto realmente estaba sucediendo. El
desfigurado conductor ni siquiera le habia hablado, y ella solo podia
oir el resonar de su fuerte respiracion mientras ambos iban embalados
dentro del coche patrulla. La velocidad se incrementaba cada vez mas, y
varias veces estuvieron a punto de chocarse contra un poste o de
derrapar al borde de una curva. Extrañamente, no habia un alma en la
calle, ni a pie ni a bordo de algun medio de transporte.
Ya parecia
que este viaje iba a ser eterno, cuando, de repente, el coche freno con
un fuerte chirrido y un silencio expectante se elevo y se expandió en
el aire circundante.

El horrible chofer empujó la puerta del
vehículo con su cuerpo y cayó al piso sin vida, la niña comenzó a
correr despavorida tan rápido como sus jóvenes piernas lo permitían. El
clima estaba cada vez mas frió y un poderoso viento complicaba su
huida, nubes de colores ocres y tonos oscuros devoraban la cálida
atmósfera veraniega y daba un marco aun más funesto a la pesadilla de
la niña.

Sorpresivamente se chocó con una pared de enredaderas,
era una enorme masa de vegetación salvaje, que crecía hasta donde la
vista alcanzaba, en medio de la ciudad. El pavor solo se vio apocado
por la sorpresa que provocaba aquella visión. Mientras la niña
contemplaba, con miles de pensamiento en su cabeza, un horripilante
grito se escuchó a sus espaldas, un alarido tan profundo y desgarrador
que penetró en sus huesos y sin voltear, en un arrojo de valentía,
Samantah se abrió camino através de la mata de hojas y ramas.

El
follaje parecía ser eterno, mientras las espinas lastimaban su
angelical rostro y provocaban que cada paso fuese más y más doloroso.
Hasta que en un momento, y sin aviso, sus rodillas se desplomaron en el
pasto y una luz encendedora saboteó su visión.

Al cabo de unos
segundos la luz ceso y lo único que Samantah alcanzo a ver fue el
tétrico esbozo de unas figuras que jamás olvidaría.

Imágenes
aterradoras que solo podían traer a su mente viejas historias de
antaño, libros poco exitosos e inundados en lo paranormal. Su vista se
nubla mientras fuertes luces la mantienen enceguecida y presenciando
esos rostros sin cara que la observan mientras esta sucumbe ante una
gran inmovilidad.

Samantah apenas puede sentir esas extrañas
manos que la tocan y rozan su piel temeroza de morir, escuchando unas
voces similares a antiguos lenguajes arameos. Sus siluetas que
traspasan esa luz realmente son lo suficientemente extrañas como para
poner a Samantah nerviosa mientras solo puede presenciar lo que pasa a
su alrededor sin poder hablar y sintiendo ese nudo en su garganta que
se lo impide.

Ella sabe ahora muy bien que si esto es un sueño
ha viajado demasiado lejos como para aun no lograr despertar además de
recordar las horas que no pudo dormir.

Pronto su vista se aclara y las luces se vuelven menos intensas al notar lo que a su alrededor ella presencia...


Lentamente, su mente va saliendo de su confusión. Recuerda todo lo ocurrido, desde que intentó dormir sin lograrlo hasta el momento en el que salió de esa inverosímil mata de vegetación situada en el medio de la ciudad. Aunque la realidad de la situación, se le aclara en un segundo, su temor se desvanece completamente.

Está más oscuro aún, pero sus ojos registran claramente lo que sucede a su alrededor. Curiosamente, el extraño lenguaje que llena sus oídos se le vuelve inteligible y escucha cómo los dueños de esas extrañas siluetas discuten qué harán con ella.

Mientras tanto, se mueven describiendo extraños círculos a su alrededor, pero sin acercarse a ella más de una determinada distancia.
Cada vez se van moviendo más rápido y de repente todos se alejaron unos cuantos metros. Ahora ella comienza a sentir un viento gélido que se choca contra su cara, y un sonido ensordecedor provieniente desde lo alto la deja momentáneamente sorda.

En unos segundos, se encuentra elevándose del suelo, gracias a una fuerza cuya fuente es desconocida. Mira hacia abajo, donde ve a las extrañas criaturas subiendo con ella...
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